Como en otras manifestaciones deportivas, podemos hablar de cientos de años antes de nuestra Era. Durante los juegos Istmicos de Grecía se jugó un deporte, que se lanzaba la bola con un palo, parecido al hockey.
El notable descubrimiento, hecho en Atenas en el año 1922, hace presumir que este deporte proviene del Oriente.
Así parece testificar una interesante escultura, un bajorrelieve que figuró en un muro de contención que hizo construir Temistocles en el año 478 antes de Jesucristo para proteger aquella ciudad griega de las furias del mar. En este bajorrelieve, que es una importante adición en la historia de este deporte, figuran, tal como se ve en el grabado, seis deportistas; los del centro efectúan un correcto saque de salida, es decir un “bully”, mientras los otros cuatro, dos a cada lado, esperan la jugada.
Los indios americanos, tanto los del Norte como los del Sur, practicaron hace muchos siglos un deporte semejante. En algunas tribus lo jugaban las mujeres. Han empleado diversas clases de bolas y de palos; bolas de madera, y otras hechas con piel de ciervo, y además de los palos de madera se utilizaron también palos de hueso, adornados con los más variados dibujos. Algunos palos tienen curvatura y otros, más largos, son rectos. Las metas consistían en dos postes clavados en cada extremidad del terreno, con una separación de 50 y hasta 200 metros. A veces se jugaba sin postes y bastaba para apuntarse un tanto que la bola pasara una línea marcada que hacía las veces de meta.
Los árabes han tenido también desde tiempo inmemorial, un juego parecido al hockey; es el “koura”, que se juega con una bola hecha de fibras de palmera atadas con esparto y usando un palo algo curvado en la extremidad opuesta al mango. Y los chilenos el “cineca”, en el que intervienen un número indeterminado de jugadores divididos en dos bandos. Cada uno va provisto de un palo encorvado en su extremo, que sirve para lanzar una bola hacia un punto dado, mientras el bando contrario procura impedirlo y hacerla pasar al campo contrario.
Según un manuscrito de Fitzstephen, el hockey data en Inglaterra desde el año 1175, poco más o menos. Ciertamente se dispone de muchos objetos que lo confirman. En unas vidrieras de las catedrales de Canterbury y Gloucester se ven figuras pintadas que representan a un jugador: el de Canterbury tiene un stick en la mano derecha que apoya sobre el terreno; y el de Gloucester tiene cogido el palo con las dos manos en actitud de impulsarlo contra la bola. Tales vidrieras datan del siglo XIII.
Los ingleses hacen derivar el hockey de otro juego irlandés que se llama “hurley”, y también “hurlino”, un juego muy duro que se practicaba con muchos jugadores. El hockey moderno hizo su aparición en los comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, esto es, hace ya más de cien años. Tal hockey ya se jugaba sobre un terreno con unas dimensiones determinadas, 150 por 84 yardas, un rectángulo cuyas líneas laterales se inician a 21, 50 y 75 yardas. La bola era de 5 pulgadas de diámetro y 7 onzas de peso. Los marcos los formaban dos postes separados entre sí 21 pies, unidos por una barra levantada a 8 pies del suelo. Como se ve, un gran marco (6,40 por 2,44 mts). Con tales dimensiones los primeros jugadores tenían que marcar necesariamente numerosos tantos.
Antiguamente los equipos se formaban al azar y no representaban ninguna sociedad o club.
En el año 1875 una sociedad con residencia en Londres, denominada “The Men Hockey Association”, es decir, Asociación Masculina de Hockey, dio un buen paso al corregir las antiguas reglas en plan de mejorar el juego, reduciendo el terreno, el marco y el número de jugadores, ya fijándolo en once como en el fútbol. Había entonces una docena de clubes que practicaban este deporte, siendo los más importantes el Blackheath, Molesey, Wimbledom, Earling, Surbiton, Teddington, el Eliot Place School, de Blackhead; y el Trinity College de Cambridge.
El paso definitivo sé dio el 16 de enero de 1886, en que los clubes mencionados constituyeron la Federación de Hockey. Se considera también esta fecha como la de la creación del moderno hockey. Los 19 representantes de los ocho clubes (tres tenían 3 delegados; y otros tres, 2) redactaron el Reglamento, que se sometió y se aprobó en la primera reunión especial del Comité, celebrada el 3 de febrero del mismo año en el Cannon Street Hotel, de Londres. Dicho Reglamento contenía 19 artículos; el original tenía 20 pero se omitió el 19, referente a la duración del juego que era de 80 minutos.
PRESIDENTE: D. Luis Hernández Inegas
SECRETARIO: D. Emilio Hernández Herztog
TESORERO: D. Joaquín de Aguilera y Alonso
VOCAL 1º: D. Alberto Maluquer
VOCAL 2º: D. Julio Fleischmer
PRESIDENTE: D. José García Cernuda
SECRETARIO: D. Eulogio de Aguilera
TESORERO: D. Alberto Maluquer
VOCAL 1º: D. Julio Fleischmer
Esta directiva fue completada en la Asamblea del 4 de marzo de 1924, nombrando Vicepresidente al Sr. Conde Glimes de Brabantes.
La Delegación Española estuvo formada por el Presidente D. Julio Fleischner y D. Joaquín de Aguilera. La Directiva que por aquel entonces se formó para iniciar las labores internacionales estaba constituida por:
PRESIDENTE: (M. Paul Leautey (Francia))
VICEPRESIDENTES: (M. Becqqe (Bélgica) y M. Fleischner (España))
SECRETARIO GENERAL: (M.F. Botella (España))
TESORERO: (M. Daubresse (Bélgica))
VOCALES: (M. Schneeberger (Austria), M. Rezac (Checoslovaquia), M. Demaurez (Suiza) y M. de Cindric (Hungria))