LOS “OLD LIONS” SE UNIERON DE NUEVO EN TOLEDO

18/04/2017   11:03  | 

Juantxo García Mauriño

En Toledo tienen de todo lo bueno, hasta hockey. O así nos lo pareció al equipo de veteranos que allí fue recibido con afectuosa camaradería este sábado. Es cierto que esa amabilidad escondía cierta zorrería que también supimos apreciar. Pues algunos integrantes del equipo contrario nos citaron a mediodía al pie de las escaleras para ir subiendo hacia la catedral y empezar nuestro desgaste. Por suerte, nos confundimos de escaleras y acertamos con las mecánicas que te van elevando con cierta mística entre grutas con el único esfuerzo de la contemplación.

Más apabullante fue entonces la visita a la catedral donde continuó el vuelo de nuestra mirada entre la luz de las vidrieras y los detalles que nos señalaba con erudición Nacho Cánovas, nuestro guía. En la sacristía, bajo los frescos de Giordano y frente a los expolios de El Greco y de Goya, la perturbación tornó en estimulante admiración. De vuelta a nuestras escaleras mecánicas y al encontrar el camino conocido ocupado por una populosa procesión, tomamos un desvío. Buena idea pues pudimos darnos al vicio de callejear; mala idea porque caminar por esas cuestas deriva en cierta fatiga y desorientación. Pero no hay excusas para reducir nuestra combatividad de cara al partido previsto. Además, siguiendo su aviesa estrategia, los contrarios nos invitaron a compartir mantel: unos entrantes entre los que sobresalió un revuelto de morcilla bien condimentado, solo anunciaron un generoso y apreciable plato sopero de carcamusas, para acabar con torrijas. ¿Dónde quedó nuestra buena costumbre de una comida liviana rica en carbohidratos de nuestra etapa como jugadores de élite?

Sin siesta ni otro tipo de transición y con el sol en todo lo alto, conocimos a las jóvenes promesas locales a las que intentamos inculcar nuestras virtudes y esconder nuestros defectos. No deja de sorprender cómo los chavales se dejan vencer hasta el embrujo por la manipulación habilidosa del palo y sus efectos en el desplazamiento de la bola. Y, como en este caso, siempre aparece algún niño con flequillo que levanta la cabeza para buscar el pase como otro Xavi Escudé.

Por fin llegó la hora del partido, declarado oportunamente benéfico, con todo lo anterior a cuestas. La digestión fue buena. Incluso demasiado buena, ya que el equipo de veteranos desplegó un juego de ensueño que desarboló al seleccionado castellano-manchego, quizás algo impresionado por el historial del rival. Se echó pues de menos un punto de agresividad por su parte, que rascaran… Como se había anunciado y los aficionados toledanos esperaban, destacaron en la selección de mayores Juan Escarré., muy cómodo en su nueva demarcación, y Borja, con sus precisos centros al área. Pero quizá habría que mencionar aparte los goles de Jas y de Carlos, el primero con un golazo de recepción y a la red y el otro en plancha; el segundo aprovechando dos rechaces del buen guardameta local, uno a la cara y el otro precedido de un perfecto pase amagado al fondo de Unai y pinche al palo.

En el aspecto defensivo, cabría destacar un fino tacle de muñeca de Chiqui en el área que, seguido de un leve desplazamiento de cadera, dio con el sorprendido atacante toledano fuera del rectángulo de juego.

Y para acabar, una vista en sepia del atardecer en el valle del Tajo, adonde van las parejas con su copa de vino a celebrar placenteros momentos. Pablo Usoz y Juan no pudieron evitar acompasar un suspiro. Vista que también quedó impresa en el azulejo que nos regaló don Felipe Tello, maestro alfarero. Gracias por todo, Felipe.

Borja L., tratándonos siempre demasiado bien, se encargó de la organización de la apetitosa cena en el Carús. Se ocupó de animarla el hermano de Chiqui, Nacho, quien acudió inspirado para la ocasión, aún temiendo que apareciera en este escrito alguna de sus chanzas. Desde la otra punta de la mesa, solo pude oír alguna cosa sobre el hermano de Jani Iglesias., Tono,, sobre la final de copa del 96 –parece ser que marcamos el gol de la imprevista prórroga en clamoroso fuera de juego y no me ha quedado nada de eso en el recuerdo de ese partido que voy viendo que da para una novela- y sobre distintas incongruencias de la normativa arbitral que de verdad que soy incapaz de transcribir por complejas. Para ello, Juan E. ha introducido la idea de echar mano del  móvil en este tipo de tertulias y llamar a alguno de los árbitros de su agenda para consultar sobre la marcha: el phone-umpire, le llama. Pero me parece que se inventó ya en Tómbola.

La mañana siguiente nos obsequió un domingo glorioso en el Club de Campo. Casi conseguimos repetir equipo aunque algo preocupados por comprobar nuestra recuperación del esfuerzo del día anterior y al ver calentar a los pipiolos de la selección 40+. El primer cuarto se nos hizo un poco largo: como dos minutos y medio de más. Si nuestro comienzo fue titubeante, allí teníamos a Jaime para dar tranquilidad bajo los palos. Pero pronto se volvió a poner en marcha nuestra maquinaria de juego. Juan E. se puso de esponja a absorber juego. Y venga a dar pases por detrás de la defensa a Jorge, el mejor desmarque al oeste del Yangtsé. Como ya se sentía on tourempezó a probar todo el repertorio que se usa en los entrenamientos y no sale. Pero este fin de semana le salió. Todo. No preguntéis: cucharas o pases de coreano de medio campo, remates de coreano, remates de molinete de revés, regate de cintura… todo el repertorio. Esto, claro, además acompañado de la clase y el toque del millenial Alberto. que tiene una forma de brujulear gacha y el trasero para atrás que recuerda a Hassan Sardar. Y acompañado también de la inquietante habilidad para la posesión de Christian. que ha mejorado sus llegadas gracias a búsqueda del drive profundo y subida a la red que es lo que practica en las polvorientas canchas de Jolaseta. Para este partido, vinieron en nuestro auxilio César Hernández., que mantuvo primorosamente su posición en el centro del campo, y Jaime., que fue animándose hasta hacer salidas de tres sin demasiadas contemplaciones.

Dejo para lo último la participación de Fido para subrayar que si lo más importante de la organización de este fin de semana ha corrido de su cuenta, además, jugando de lateral, ha ayudado a mantener en todo momento con su implicación y sus ánimos la estructura del juego que sorprendentemente para un equipo de veteranos no ha decaído en ningún momento. Y han sido dos partidos con un nivel de juego muy alto. 

Ya preparamos el siguiente…